TRILLIZOS MALIGNOS

30.03.2012 23:22

TRILLIZOS: Dícese de cada uno de los tres hermanos nacidos de un parto triple. En las Escrituras se nos habla de "trillizos" buenos y malos.

Un ejemplo de "trillizos" o virtudes buenas es el de la Justicia, el Amor y la Misericordia. Y el de "trillizos" malos: La deslealtad, la ingratitud y la traición.

Y es sobre estos últimos sombríos "personajes" que el Señor me ha dado "luz verde" para escribir el presente artículo.

LA DESLEALTAD, LA INGRATITUD Y LA TRAICIÓN: Son pecados afines que están por su misma naturaleza, íntimamente relacionados. Hay, para el que cae en esta condición, una degradación moral que empieza con la deslealtad, ya sea a una institución, entidad o persona de las cuales o de la cual hemos recibido beneficios; y continúa su triste trayectoria de descenso moral en nuestro corazón, hasta convertirse en el pecado de la ingratitud; el cual nos proyecta en nuestra caída a la traición.

En las Escrituras abundan los casos de deslealtad, ingratitud y traición. He aquí unos entre muchos: José y sus hermanos (Génesis 37:17-28), Jesús y los diez leprosos (Lucas 17:11-17) y la traición de Judas, que es el clímax de la deslealtad e ingratitud lo cual nos es narrado en los cuatro evangelios.

De los presentes casos, me llama la atención la historia de los diez leprosos, a los cuales Cristo en su gracia les dio sanidad. Se esperaría, que personas que recibieron tan enorme beneficio, hubieran ido a hacer lo que sólo uno, el cual "al verse sano,… regresó alabando a Dios a grandes voces. Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio gracias, no obstante que era Samaritano" y la pregunta del Divino Maestro no se hizo esperar: ¿Dónde están los otros nueve? (Lucas 17:15-17 NVI). Para mí, es muy claro a la luz de estos textos, que la inmensa mayoría de las personas que reciben beneficios en cualquier área de sus vidas, no conocen la gratitud y no solamente, no son agradecidos sino que como Judas, por un puñado de dinero, echan por la borda de sus vidas: hermandad, amistad, y respeto propio; que como hijos de Dios, ellos deberían tener de sí mismo, y de paso siembran desconfianza e incredulidad, haciendo por su pecado, que muchas puertas de bendición sean cerradas.

Es que la ingratitud, empieza en corazones desleales, terminando su mala obra en negra traición.

Todos hemos experimentado, la falta de lealtad de ese secreto o margen de confianza que hemos contado y dado a ese hermano o amigo que nos ha defraudado; contado lo que no debería contar, enamorando a quien no debería enamorar, no pagando lo que tenía que pagar, apropiándose de lo que no le correspondía en derecho y echándose al bolsillo lo que en justicia debería estar en el nuestro. La palabra leal, trae consigo la idea de guardar cierta norma de conducta, de ser fiel a un conjunto de leyes éticas y morales, no escritas en las relaciones personales.

Algunas características de una persona desleal:

  1. No habla la verdad, engaña para su propio provecho y bienestar.
  2. Toda persona desleal trata de evadir responsabilidades y compromisos.
  3. El desleal tiene un comportamiento inmaduro, destructivo y lleva en sí, el germen de la ingratitud. Estos son los "amigos" que pueden vendernos por "treinta monedas de plata".

Si en el "barco" de su vida hay una persona de estas características, perdónela; pero si está involucrada con usted en negocios o amores, conserve la distancia. De lo contrario le traerá angustia, estrés y tropiezos.

Andrés Panasiuk Director del Departamento Hispano de Conceptos Financieros Cristianos, nos dice: "No es fácil ser hombre de integridad, no es fácil ser amigo leal a un jefe, socio o hermano; si usted quiere que lo respeten y agradar a Dios, sea una pizca de sal en la ensalada de la vida, sea imitador de Cristo".

¡Qué hombre tan horrible! Pensará usted en relación con esa persona que le ha sido desleal, ingrata y traicionera; pero recuerde: Todos podemos ser desleales como los hermanos de José, ingratos como los nueve que fueron curados de la lepra y no dieron las gracias a su benefactor, Cristo el Señor; o como ese horrible hombre que vendió a su Maestro por treinta miserables monedas de plata. Y si usted y yo no somos así, no tenemos de qué gloriarnos, es sencillamente porque el Señor en Su Misericordia, nos ha librado a pesar de nuestra naturaleza pecadora, de caer en tan triste condición.

No cargue la deslealtad, la ingratitud y la traición de la persona que lo ha hecho a usted víctima de tan horribles "trillizos" de maldad. Perdone para que su vida sea victoriosa y recuerde que Cristo llevó esos pecados en la cruz para que usted pueda perdonar y no quedar atado a esa lepra de muerte que sólo puede producirle resentimiento, amargura, odio y espíritu de venganza. Lleve lo anterior al pie de la cruz y ¡descargüelo allí! Porque El llevó y "…fue traspasado por nuestras rebeliones…iniquidades…y el Señor (Dios el Padre) hizo recaer sobre Él (Cristo) la iniquidad de todos nosotros... ¡Y la del ingrato también! (Isaías 53:5,6 NVI). Deje a ese pobre hombre o mujer en manos del Señor "el cual pagará a cada uno conforme a sus obras". Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen mal…Y Gloria, Honor y Paz para todos los que hacen el bien. (Romanos 2:6,8-10 NVI).

Que Dios nos ayude hermanos a ser de bendición, y que su vida, como la mía, sea de Luz, Paz y Gozo. Que cuando el Señor nos llame a su presencia hayamos sembrado jardines de Esperanza, Ánimo y Alegría en los corazones de todos aquellos que han pasado por nuestras vidas.

No tengo un consejo personal para ti amado lector, sino el que Dios tiene para ti, en 1 de Timoteo 4:12 "…Que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir; en la manera de hablar, en la conducta, en amor, fe y pureza".

QUE EL SEÑOR BENDIGA TU VIDA.

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