EL MARAVILLOSO LIBERTADOR

30.03.2012 23:08

LA LIBERTAD: Es uno de los conceptos que más se nombra en nuestro tiempo. En la prensa, revistas, libros, radio y televisión, con frecuencia se hace alusión a ella, y en el nombre de ella, se levantan diferentes banderas, se entonan diferentes cantos, se defienden diferentes ideas, costumbres, hábitos y creencias. Sí, todos los días y por mil motivos escuchamos expresiones como: "QUEREMOS SER LIBRES, DEBEMOS AUTOGOBERNARNOS, ¡VIVA LA AUTODETERMINACIÓN!".

Los medios de comunicación constantemente nos informan de protestas a todo lo largo y ancho de nuestro mundo: ¿LOS MOTIVOS? MÚLTIPLES: Brotes nacionalistas en tal país, alzamientos políticos en otros, protestas racistas, religiosas y aún, quien lo creyera, enfrentamientos motivados por diferencias idiomáticas. Sí, alguien dijo que la palabra libertad es la bandera de este siglo.

Los obreros, los estudiantes, propietarios, negros, mujeres y otros, se levantan y luchan porque creen que debido a tal ley o autoridad su libertad está siendo conculcada y reaccionan tumultuosa y violentamente, llevando algunas veces a la sociedad al borde del caos y emergencias; sin desconocer, naturalmente, la justicia de muchas protestas, pro cuestionando como cristianos el uso y el abuso de tales situaciones que lleva muchas veces a hacer más daño a la causa y personas que desean defender.

Si uno pregunta a estos rebeldes: ¿QUÉ ES LA LIBERTAD? o ¿QUÉ ES LO QUE USTED ENTIENDE POR SE UNA PERSONA LIBRE? Es posible escuchar diferentes respuestas, como distintas son las personas interrogadas, pero el concepto que sobre ella se tiene, en la mayoría de los casos, la dio una joven "LIBERADA", un periodista, al ser requerida sobre su definición en cuanto a lo que ella entendía ser una persona libre. La respuesta no se hizo esperar: "SER LIBRE, - respondió la joven -, es hacer todo lo que me da la gana, sin trabas sociales, barreras morales y perjuicios religiosos." Tal respuesta es muy diciente del estado confuso de nuestro hombre moderno.

La verdad es que no se concibe la libertad, razonablemente, sin responsabilidad. Hablamos mucho de nuestros privilegios y derechos, pasando por alto nuestros deberes y obligaciones. Es que si uno quiere, en lo individual, ser libre y ejercer tal derecho, debe en justicia, poseer como garantía, su propia responsabilidad. Esta característica, la responsabilidad personal, individual, le da validez al libre albedrío. Cuando una persona es capaz de responder por sus propios actos, es cuando puede ejercer conscientemente e inteligentemente la LIBERTAD.

¡PUEDEN TODAS LAS PERSONAS SER RESPONSABLES? O mejor aún, ¿TIENEN TODAS LAS PERSONAS RESPONSAILIDAD EN EL VERDADERO SENTIDO DE LA PALABRA? LA RESPUESTA ES UN ROTUNDO NO; no todos tienen ese sello de una personalidad adulta y equilibrada, si lo anterior no es cierto, ¿porqué la sociedad está tan desorientada? Si en el nombre de la libertad se ataca y se destruye los mejores valores que nos legaron nuestros antepasados; aquellos principios de justicia que hacían y hacen la vida más amable y buena. Usted estará de acuerdo conmigo del acelerado aumento del vicio, crimen y desacato a la ley en estos tiempos que estamos viviendo. Cuán contemporáneas y oportunas nos llegan las palabras del apóstol inspirado, las cuales nos amonestan con claridad diciéndonos: "PÓRTENSE COMO PERSONAS LIBRES, PERO SIN USAR SU LIBERTAD COMO PRETEXTO PARA HACER EL MAL." (I de Pedro 2:16 v.p.).

Es que el hombre ha despreciado los principios morales que salvaguardan la verdadera LIBERTAD y es que muchos creen y enseñan que la fe cristiana que tiene como base LA SAGRADA ESCRITURA, es enemiga de la LIBERTAD. En muchas aulas escolares y en el nivel intermedio y universitario, se está impartiendo tal tipo de enseñanza y la lógica consecuencia de tan errado pensar ha orillado al hombre de nuestro tiempo a la que cierto estadista inglés definió como "LA OSCURIDAD MORAL, DENTRO DEL TERROR NUCLEAR"; los hombres como Ulises escuchan encantados nuevos cantos de sirenas, falsos apóstoles... Sí, cuan agradables suenen a las multitudes las doctrinas "LIBERTADORAS" de estos modernos "pastores". En el HUMANISMO, EXISTENCIALISMO, MONISMO, ANARQUISMO Y OTROS ISMOS, tenemos el ejemplo, de lo que ha desembocado en la llamada "NUEVA MORAL", que lo único de nuevo que tiene es el nombre. Los epicúreos de nuestros tiempos. A todos estos se les puede aplicar las palabras del Texto Sagrado, LA SANTA ESCRITURA: "LES PROMETEN UNA VIDA LIBRE, pero ellos mismos son esclavos de una VIDA IMPURA; pues cada hombre es esclavo de aquello que lo ha dominado." (2 Pedro 2:19.)

Es que el hombre ha confundido, porque está extraviado, los términos de las palabras LIBERTAD Y LIBERTINAJE, que teniendo la misma raíz son completamente distintas en su significado. El propio sentido común indica que hay una "LIBERTAD" que no es LIBERTAD. Una libertad que no está respaldada por esa cédula de garantía que es la responsabilidad moral y el primer paso para alcanzar un verdadero sentido de responsabilidad moral es reconocer, sinceramente, a Dios en Cristo Jesús. Ya lo aclaró el Señor Jesús cuando dijo: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre." (Juan 14:9.)

Pero no debemos quedarnos en la mitad del camino solamente reconociendo lo anterior, sino que tenemos que, en arrepentimiento genuino, ir a Él y aceptarle como nuestro Salvador único y personal, porque "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo." (2 de Corintios 5:19.)

Solamente Cristo tiene el poder para LIBERTARNOS del mal y darnos la más hermosa de las LIBERTADES: LA LIBERTAD del mal que hay en todo hombre nacido de mujer, solo Él tiene la potestad para romper el terrible yugo del pecado que esclaviza a todos los hombres sin distingo de raza, cultura, sistema social y creencia religiosa. Esto fue precisamente lo que Él ilustró en la enseñanza evangélica, cuando dijo: "Si ustedes se mantienen firmes en lo que les digo, llegarán a ser de veras mis discípulos; y conocerán la VERDAD y la VERDAD DARÁ LA LIBERTAD. En verdad os digo, que todos los que pecan son esclavos del pecado... Así que si el hijo les da LIBERTAD ustedes serán verdaderamente libres." (Juan 8:31, 32, 34, 36 v.p.)

En cuanto a la verdad la definió de una forma my clara que no se presta a equívocos: "YO SOY LA VERDAD", declaró el DIVINO MAESTRO, al preguntársele cuál era el verdadero camino correcto para ir a Dios: "YO SOY EL CAMINO, Y LA VERDAD Y LA VIDA; NADIE VIENE AL PADRE SINO POR MÍ." (Juan 14:6), y es precisamente aquí donde tiene que llegar el hombre, a través de la fe, para ser verdaderamente libre en toda la expresión de la palabra. Es que tener a Cristo por la fe, como SEÑOR Y SALVADOR, es la única vía de liberación que Dios le ha dado al hombre. Tener a Cristo como centro de nuestras vidas es tener verdadera LIBERTAD y poseer la VERDAD, PORQUE ÉL es la VERDAD ETERNA encarnada (1 de Juan 1:2.)

Cuando una persona tiene esta maravillosa experiencia, es que está en capacidad de comprender, no solamente sus derechos, sino está en capacidad de renunciar a ellos, si fuera necesario, en beneficio de su prójimo y por el bien de la comunidad en que vive. Porque el amor de Cristo nos capacita para buscar y trabajar por el bien común. Ahora sí podemos comprender lo que quiso decir el benemérito de las Américas, el mejicano Benito Juárez, cuando escribió: "EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ..."

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