LA VID

30.03.2012 23:40

(JUAN 15: 7-16) 

Al ser humano le gusta pedir y que le den”, nos dice un famoso psicólogo argentino, el cual pone punto final a sus análisis sobre el comportamiento humano, con esta observación:…”lo anterior es porque todos llevamos un niño/a en el corazón hasta el final de nuestra jornada”.

El anterior juicio es correcto; esperamos que nos den amor, comprensión y respeto.  Como ciudadanos esperamos y pedimos a nuestros gobiernos justicia, buena administración y compromiso social. Como empleados pedimos y esperamos de nuestros patronos y superiores buen trato y sueldos justos, etc.

Cristo sabe nuestras necesidades mas profundas -todos los seres humanos sufrimos de carencias en alguna área de nuestras vidas- El nos creo Juan1:1-3 y conoce perfectamente nuestro corazón. El nos ordena pedir y esperar para recibir  (Lucas11:9-10). El problema con nosotros es que pedimos a la persona equivocada, porque todos, en un sentido, somos cisternas rotas, Jeremias2:13. Solo Él es la cisterna eterna y "…de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia” Juan 1:16. Él es claro en dirigirnos a quien debemos pedir "…del agua que yo les daré,…se convertirá en un manantial del que brotara vida eterna" Juan 4:14.

Al meditar en Juan15:7-16, Él a puesto en mi corazón una enseñanza que quiero compartir con el amado/a lector/a: “pidan todo lo que quieran, y se les concederá”. Juan 15:7 NVI. Palabras que no pueden ser interpretadas sabiamente si se aíslan de todo el texto y de otras palabras que tratan del mismo asunto, en Juan15:16;  aislar palabras de su contexto nos lleva a juicios equivocados.

El análisis de esta parábola nos guía al tema de la oración.  “…si permanecen en mi y obedecen mis mandamientos, pueden pedir cuanto quieran y les será concedido.  Ustedes no me escogieron a mí. ¡Yo les escogí a ustedes! Los he puesto para que vayan y produzcan siempre frutos, hermosos, de manera que puedan pedirle al Padre cualquier cosa en el nombre mío, y Él se las de” Juan15:7-16 LBD.  Nuestra relación con Él es el primer requisito para pedir, pero esto no es todo: Nuestra permanencia en la vid es vital para recibir.

Muchos maestros de las Escrituras nos dicen que este es un cheque en blanco, para pedir al Señor todo lo que nos llega a la mente en esta sociedad de consumo; se les olvida otra palabra del Señor que ilumina, en que pedir todo lo que uno quiere, solo tiene sentido y coherencia en el marco de una vida consagrada en el altar de su voluntad santa, Lucas22:42, y no en vidas mediocres y carnales, Santiago4:3.

 

Muchas de nuestras peticiones Él no nos la concede por su gran amor. Hay algo más si queremos que nuestras peticiones reciban respuesta del cielo, la nueva versión internacional vierte del original a Juan15:16 en una forma clara “…los comisione para que vayan y den fruto, un fruto que perdure…” o permanezca. Permanecer en Él y en su voluntad revelada, dar fruto que perdure en el tiempo y se proyecte a la Eternidad, son la llave de la promesa divina de darnos todo lo que pidamos.  Mi pregunta es: para un creyente que vive conforme al corazón de Dios ¿cuál será el anhelo mas profundo de su vida para con aquel que dio su vida y lo compro con su sangre?, ¿será pedirle un castillo en Europa o una mansión en la Florida, o un millón de dólares o vacaciones en un crucero por los cinco continentes o a esa hermosa chica del vecindario que lo único  que la “identifica como creyente” es el “bautismo” que le impusieron sus padres cuando era una bebe?. ¡Por supuesto que no!.

 

Permanecer y dar fruto que perdure es el corazón del asunto, si queremos que nuestras peticiones tengan respuesta. El que permanece en Cristo ha entregado a Él el control de su vida interior. Al recibir el control Él cambia el corazón, cambia la secuencia de nuestras motivaciones y procesos mentales; como los deseos, los gustos e inclinaciones.  Es lo mismo que experimento el salmista: “Deléitate con el Señor.  Así Él te dará lo que tu corazón anhelasalmo37:4 LBD. Cuando permanecemos en Él nuestro fruto lo glorificara y amaremos a los hermanos, dándoles honor, como superiores a nosotros mismos.

 

No habrá lugar para la envidia, calumnia, egoísmo ni maleficencia, el dolor de mi hermano será el nuestro, nuestro dedo acusador no se levantara más y nuestras peticiones serán en armonía al propósito que El tiene para nuestras vidas.   “…los escogí…y los comisione para que vayan (por el mundo) y den fruto que  perdure.  Así el Padre les dará todo lo que pidan”.

 

Lo que nos pide es fidelidad, santidad, fe, constancia, humildad, temor reverente, sacrificio, adoración y sobre todo Amor. Esta promesa de dar es condicional a permanecer en la vid y dar fruto que perdure.  ¿Podemos revisar nuestro andar?, ¿Cuál es la prioridad en nuestra vida?. Señor: ayúdanos a ser honestos. Al responder esta inquietud.

 

Si permanecen en mi y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá”.

 

Su palabra –las Sagradas Escrituras- es el Verbo escrito; Jesucristo es el Verbo encarnado. No se puede seguir al Verbo encarnado y al mismo tiempo rechazar, menospreciar y desobedecer su Verbo escrito.

 

Si permanecen en mi y en mi palabra” es condición indispensable para pedir lo que uno quiere, y lo que uno quiere cuando se vive conforme al corazón de Dios es lo que Cristo quiere, y lo que Él quiere es que el Padre sea glorificado en todo y que las personas vengan a la luz de Cristo para ser salvas.  Con lo anterior no quiero decir que al Señor no le importan nuestras necesidades y que no escuche en muchos casos – nuestro clamor cuando sufrimos por cualquier circunstancia-.

Hace muchos años conocí a una hermana, de cierta edad, que dedicó su vida a cuidar a sus padres. Por lo anterior no había contraído matrimonio. Con el tiempo sus padres murieron y quedo sola, sufría la soledad. Ella clamaba al Señor por un esposo conforme a la voluntad divina y espero en Él. Un día el Señor que veía sus lagrimas llevo a su vida el hombre adecuado, ella me dijo: “El hombre que Él me dio por esposo es el que yo siempre  había soñado”.  Pero también es verdad que la vida de esta mujer honraba al Señor.  Para mi en ella se cumplió la promesa divina de “Deléitate en el Señor, y El te concederá los deseos de tu corazón” Salmo37:4 NVI.

Permanezcan en mi palabra”.  Él nos invita a que nos encontremos con Él en el terreno de sus propias palabras.  Es como si Él nos desafiara diciendo;  “cumplan mis condiciones y verán como yo cumplo mis promesas” .

Querido hermano/a: estoy seguro que Él es fiel y no permitirá, si tu te deleitas en Él, que tu corazón quede sin consuelo y “…no te andes preocupando de si tienes comida ni de si tienes ropa…Tu Padre celestial sabe lo que necesitas y te lo proporcionara si le das el primer lugar en tu vida” Mateo6:31-33 LBD.

El Padre ama la vid –el Señor Jesucristo- y los pámpanos somos parte de la vid.  No te preocupes por Su Amor, preocúpate por el tuyo. ¿Lo amamos y amamos a su pueblo?. Dios lo sabe ¿Somos consientes de nuestro amor…o desamor?

Juan 15:18

 Juan 15 es una porción bíblica preciosa; nos enseña nuestra relación, nuestra posición, nuestro honor y privilegio: pertenecer a la vid, y nuestra meta: ser de bendición. Llevar muchos frutos para Él y para que otros sean bendecidos y fortalecidos.

El fruto de un carácter transformado conforme al espíritu de Efesios 4:22-32. El carácter transformado se hará evidente en nuestro diario vivir. Será un hermoso ramillete de virtudes, como:

  • Amor incondicional, paz con Dios, con nosotros mismos y con nuestros prójimos.
  • Paciencia, esperar sin perder la serenidad, el control emocional.
  • Benignidad, ánimo apacible, suave en las relaciones interpersonales, aun con los de carácter difícil.
  • Bondad, hermana de la misericordia y compasión; condición interna que se expresa en comprensión, diálogo, ausencia de malicia, disposición de servicio.
  • Fe, como fruto del Espíritu, es distinta a la fe como canal de salvación de la cual nos dice las Escrituras: "el justo por la fe vivirá" Romanos 1:17.La Fe de Gálatas es aquella que cree que para Dios no hay imposibles dentro del marco soberano de sus eternos propósitos. Mateo 21:21.
  • Mansedumbre, espíritu tierno.
  • Templanza, carácter firme contra el mal, especialmente el que mora en mí. Tambien el fruto se manifiesta por las buenas obras, las cuales deben ser hechas en el nombre de Cristo y por amor a El. Mateo 5:16. El fruto ya esta en la naturaleza interna del creyente aunque por un tiempo no se vea.

Lo anterior es importante; es imposible ser genuinamente amoroso, por ejemplo, si ese amor no tiene origen en el corazón. Romanos 12:9. Pasé por un campo de maíz y no pude ver mazorcas, al tiempo volví y observe los brotes tiernos de las futuras mazorcas. Así es el proceso del crecimiento del fruto. Lo externo es reflejo de lo interno. Las obras sin amor no tienen la marca del resucitado, porque no son la verdadera expresión de un corazón lleno de amor y gratitud al que se dio por nosotros. ¡Como me impresiona la paráfrasis, la Biblia al Día, en Isaías 53! "y sin embargo fue nuestro dolor el que sufrió, nuestras penas las que lo agobiaron…El fue herido y maltratado, por los pecados nuestros, se le castigo para que nosotros tuviéramos paz; lo azotaron ¡y nosotros fuimos sanados!". Todo lo que hagamos fuera de Él se perderá. 1 Corintios 3:13-15, 1 Corintios 13:13.

No tenemos que forzarnos para producir frutos; algunos lo intentan, así como los padres no lo hacen para amar a sus hijos. Un cuerpo sano respira salud, energía, vitalidad. La relación y comunión con Él será evidente a través de buenos y abundantes frutos. Lucas 6 44,45.

Los frutos son resultado sobrenatural de haber sido injertados, por el Espíritu Santo, en la Vid (Cristo) y lo anterior solo se efectúa en aquellos que entregan sus vidas al Señor Jesucristo y nacen de nuevo en el Reino de Dios trino. Romanos 11:17-24, Juan 3:6-8. ¡Que privilegio, que gracia, que honor y que responsabilidad!. Ojalá nuestros frutos sean sanos, agradables y fragantes. Cuidemos nuestra comunión. Es en el entorno donde vivimos, con las personas con que nos relacionamos, el hogar que formamos, el sitio donde trabajamos, la iglesia donde adoramos, etc., donde las personas podrán apreciar y disfrutar la hermosura del fruto del Espíritu en nosotros. Dios nos ayude a que no se tenga que decir de nosotros, lo que me dijo un joven creyente de sus padres, que asistían con regularidad a un capilla evangélica y confesaban ser cristianos: "hermanos: soy creyente a pesar de mis padres."

Se que por nuestra condición humana y a pesar de nuestros buenos deseos "…aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo." Romanos 7:18 N.V.I. ¡Solamente Cristo puede darme la victoria transformando día a día mi carácter! "… ¿Quién me librara de este cuerpo mortal? ¿Gracias a Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo!" Romanos 7: 24,25.

Se que en su iglesia, cualquiera que sea su localidad y nación, hay roces y desacuerdos entre hermanos. De mi propia cosecha no tengo mucho que decirte; pero el Señor si tiene para nosotros el tierno consejo y súplica apostólica, el mismo que Él le dio a los filipenses: las dejo contigo."¿pueden los cristianos consolarse unos a otros?... ¿tienen algún significado para ustedes el que seamos hermanos en el Señor y participemos del mismo Espíritu? Si alguna vez han sabido lo que es el cariño y compasión, colmen mi alegría amándose unos a otros, viviendo en armonía y luchando unidos por un mismo ideal y un mismo propósito. No hagan nada por rivalidad ni por vana gloria…tengan siempre a los demás por mejores que ustedes…eviten las quejas y las discusiones… ¡brillen como antorchas en el mundo!" Filipenses 2:1-4, 14,15 L.B.D

¿A quien le agrada y beneficia un naranjo y un rosal que nunca da naranjas ni rosas? Dios nos guarde de tamaña maldición. Marcos 11:13

"El que no permanece en mi es desechado y se seca…" Juan 15:6, y un creyente seco es como una cisterna sin agua.- ¿como estamos tu y yo? Jeremías 2:13.

El podador eterno y la disciplina.

El Padre es el labrador y él utiliza las "tijeras" como una figura, para enseñarnos como Él tiene cuidado en el crecimiento de cada uno de sus hijos. Está de moda creer que todos los problemas, dificultades y sufrimientos vienen del diablo. Nadie niega, que por la vía de los demonios al hombre y, en particular, al creyente, le venga una guerra espiritual. Efesios 6:10. 1 Pedro 5:8.

Aquí encontramos pruebas bíblicas de que la disciplina, que conlleva dolor, sufrimiento y en algunos casos perdidas, viene de nuestro Padre celestial. Hebreos 12: 5-11.

Esa disciplina tiene un propósito: corregir lo torcido, que maduremos y que seamos fructíferos. Dios espera mucho fruto, no quiere hijos estériles. 1 Juan 15: 2,5

Cuando niño mi madre sembró un guayabo en el solar de la casa, no lo sembró como adorno, su propósito fue cosechar guayabas. Dios no nos llamo para ser adornos inútiles, nos llamo para que llevemos frutos que lo glorifiquen a Él; no a nosotros. El que no lleva fruto lo quitara. El quitar ha causado mucha controversia entre los hijos de Dios, no es el tema del artículo, solo diré que no creo que se refiera a perder la salvación, pero si a extrema disciplina. Yo lo comprendo a la luz de 1 Corintios 11:27-30, 1 Corintios 3:15 y 1 Juan 5:16; y Juan se dirige al hermano que no reconoce su pecado, lo confiesa y lo deja. Un mal hijo pierde la comunión no la relación.

Es claro: al falso creyente Dios no lo disciplina, a este le llega juicio eterno en el trono blanco. Mateo 25:41-46. Hebreos 12:8

Hermano: el fruto no son los dones espirituales, ni los talentos naturales. En uno de sus escritos nos dice el escritor Zoohiates: "una persona puede ser maestro de la palabra, teólogo, buen administrador y un líder brillante y no tener frutos," esto es una paradoja; pero en las iglesias hay creyentes "importantes" que son adornos religiosos y "buenas personas." El fruto deja huellas en otros…y huellas de bendición por que es Cristo en ti y en mi. Colosenses 1:27.

Dios considera el fruto, en nosotros, como la expresión indispensable de una sana relación con Él. Ese fruto se verá en el desarrollo de nuestro carácter, es allí que el fruto se manifestará, para la gloria de Él. El carácter es la expresión de nuestro ser interior. Cuando estamos unidos a Él, se manifestará el carácter de Cristo en nosotros; Por el Espíritu Santo que es "amor (incondicional), gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza… "Galatas 5:22,23. Solo esperamos buenos frutos del que sigue a Cristo. Mateo 7:16,17 "…lo limpiará para que lleve mas fruto…" no nos revelemos cuando su mano paterna nos toque y muchas veces nos toca a través de otros. Pidámosle gracia para resistir, humildemente, la prueba o la disciplina. Solo así nos utilizará. Nunca culpes a la "tijera" que él utiliza. Él se encargara de la tijera… a su tiempo.

El escritor cristiano Taylor dice en uno de sus escritos: "los medios que el padre utiliza para disciplinarnos o probarnos son distintos, ya sean circunstancias difíciles o personas, incluso creyentes."

La "tijera" puede ser ese examen de patología que te llena de terror, la muerte está a la puerta. En 1929 la depresión financiera en Norteamérica arruinó a millones de ciudadanos. El hermano William, un diácono, fue un próspero comerciante que había invertido su capital en la bolsa de valores de su ciudad. Todo se fue a pique en esos días; lo vi llorar su ruina, sus ahorros de años, se convirtieron en papeles sin valor; y por primera vez la necesidad llego a su hogar. ¿Quién se atreve a acusar al hermano que sufre? Solo el diablo y sus agentes se ocupan de tan ruin papel. Apocalipsis 12:10

Las "tijeras" del divino jardinero, cortan lo que hay que cortar y se transforma en áspero limpiador después de podar el árbol de nuestra vida.

El quiere cortar las ramas del legalismo, la autosuficiencia farisea, que todos, en diferentes grados la confundimos con espiritualidad. Lo anterior no es porque conscientemente escojamos ser así. No; es producto de nuestra naturaleza caída. Después de cortar Él pasa a limpiar ese carácter rencoroso, esa mente juzgadora, ese egocentrismo en que no pensamos sino en nosotros mismos y ese impulso carnal de envidiar las bendiciones que el Señor imparte a otros. Si piensa que eres mejor que ese hermano débil y que las bendiciones que disfrutas son producto de tu "fidelidad", olvídalo. El mejor es Jesús, lo otro es Gracia sobre más Gracia. Ten presente: el Señor ama la sencillez que va de la mano con la humildad y esto es fruto del Espíritu Santo en ti. Cuando sufras busca el rostro compasivo de Jesús, Santiago 5:11. Él conoce tu corazón y no se equivoca.

Hace algunos años me decía un joven creyente: "la hermana x sufre por sus pecados." Quizás pensé yo, pero ¿Quién soy yo para acusar a la amada hermana? ¡Que fácil es ser juez de posibles pecados ajenos!. Dije al joven de este comentario, el cual se ufanaba de que él nunca había sufrido por que era fiel; "ve a tu casa y lee de rodillas lo que el Señor nos dice en Hebreos 12:8 y medita en la palabra; todos eso creo que incluye a ti y a mi."

Ten presente: la disciplina y la prueba no son una misma cosa. Ese fue el error de los "amigos" de Job, cuando el patriarca perdió sus bienes, (el único bien que le quedo fue el tiesto con que se rascaba la sarna) sus hijos y su salud. Job 13: 21- 2:7,8, aun la esposa los hirió con comentarios tan vacíos de amor y sabiduría. Job 2:9.

Los "consoladores" de Job confundieron la prueba con la disciplina y acusaron a Job de maldad, Job 11:6 ¿no se repite hoy el mismo error?

Solo el Señor conoce las circunstancias, situaciones, motivos, corazón, deseos, anhelos y metas de cada ser humano. No juguemos hacer como él. Juan 7:24.

Diferente es el caso del paralítico de Betesda. Este hijo de Israel, hacía 38 años lo aquejaba una parálisis en sus miembros inferiores y el Señor lo sano pero le advirtió: "mira has sido sanado; no peques mas, para que no te venga alguna cosa peor." Juan 5: 1-4, esto es disciplina.

Cuando tú evangelizas y almas rinden sus vidas al Señor Jesús, y ese fruto permanece, un día verás la cosecha de tu siembra aquí y en el cielo.

Cuando edificas vidas con tu sabio consejo y ejemplo, cuando con espíritu compasivo secas lagrimas, alivias dolores, y das la mano al desamparado, te transformas en sembrador de gozo, alegría, paz y reconciliación, llevas fruto a otras vidas, las cuales a su vez dan frutos multiplicados de tu siembra. Aunque Isaías 58, de primera mano trata sobre el verdadero ayuno, creo que también tiene aplicación, en cuanto al fruto que Él espera de su pueblo, Isaías 58: 6,7, como lo esperaba de Israel.

Cuando estudiaba esta porción, sentí que el Espíritu me decía, "eso quiero ver en ti para que las promesas de los textos 8 al 12 las puedan disfrutar tu y tu descendencia."

Señor: cuando los frutos están principiando y crecen no hacen ruido, así esperas tu de nosotros. El poder creativo de tu Espíritu sea engendrado en nosotros, el fruto que mi padre espera y así se manifestará que tu obra en nuestras vidas no fue vana.

Ojalá mi semilla de fruto al ciento, ¡y la tuya también! "…cualquiera que viva en mi y yo en él producirá una gran cantidad de frutos…" Juan 15:5 L.B.D

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