VEN SEÑOR JESÚS

05.05.2013 12:42

 

Hace poco más de un año los medios nos informaron de la caída y surgimiento de más gobiernos que cualquier generación de la historia. Hemos visto asesinar o derrocar  a ministros, presidentes y líderes de la oposición.

Hemos sentido el impulso de la revolución del pueblo desilusionado, como se lanza a las calles para derribar a dictadores que llegaron al poder en algunos casos por el voto popular, y en otros sobre las sangrientas espaldas del pueblo que dicen amar y servir. Algunos a pesar de la brutal represión a que son sometidos logran deshacerse de dictaduras que han saqueado el tesoro público, dejando las arcas de la nación vacías y con enormes deudas a pagar al futuro.

Sí, algunos  de estos gobiernos caen cuando la copa de la iniquidad llega al límite, cuando el Dios del cielo oye el clamor de los oprimidos y restaure la justicia.

Nos damos cuenta que el arte de gobernar el pueblo, está muchas veces corrompido por las ansias del poder, riquezas y adulación pública. Este fenómeno es muy común en América Latina, donde algunos presidentes se hacen reelegir por muchos años valiéndose del poder y del dinero del estado.

En las naciones democráticas elegimos a nuestros gobernantes por medio del voto, pero en algunos casos estos gobiernos  no pueden actuar con libertad ya que están limitados por las poderosas  burocracias que están enquistadas en dos engranajes de la política que gobierna a través de los parlamentos, que a su vez se hacen reelegir cada cuatro años, manipulando el voto del pueblo, el cual en su indiferencia e ignorancia, siempre vota “por los mismos, con las mismas”.

A la luz de lo anterior, el Señor ha traído a mi mente una de las profecías más hermosas y alentadoras que está en el antiguo testamento, sobre el niño Jesús. El profeta de Dios nos dice en Isaías 9:6 “Porque un niño nos es nacido, y el principado sobre su hombro….”

¡Esta es una buena noticia!

Por cierto necesitamos a ese niño, que puede cargar sin dificultad todos los principados del universo. La afirmación del profeta me trae a la memoria que un día Él reinará sobre las naciones, y que este niño ya hombre, murió por mi pecado.  Más Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados.  Isaías 53:5

Con todo mi ser me uno a millones de creyentes de todas las naciones para pedirle a nuestro Dios que el día de su venida sea pronto, cuando los reinos de este mundo serán de nuestro Señor y de Cristo.

Él será el Señor para siempre. Apocalipsis 11:15

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